viernes, 24 de junio de 2011

A ''Chito'' Yanase


Cargando una bolsa plástica con café, panes y embutidos, llegaba muy temprano 'Chito', sábado a sábado y domingo a domingo, al diamante del Estadio La Unión. Mientras avanzaba, verificaba que los campos de juego estuviesen convenientemente marcados. Luego, abría la puerta verde de metal que conduce al back stop, escribía el rol de partidos en la pizarra y preparaba el desayuno y la merienda para los árbitros y anotadores. Esa era su rutina con la que se iniciaba el béisbol en el AELU. ¿Cuántos fines de semana habrá dedicado 'Chito' a esa rutina no remunerada y que permitió que cientos de chicos puedan jugar cómodamente? ¿Cuántas veces se habrá mordido la lengua cuando al arbitrar le reclamábamos y le discutíamos sus decisiones, pero lo que nunca estuvo en discusión fue su imparcialidad?

Hace apenas dos sábados, cuando asumió la nueva junta directiva de la Liga de Pueblo Libre, todos los delegados presentes eligieron a 'Chito', por aclamación y luego de un nutrido aplauso, Jefe de la Comisión Técnica. De esa manera, 'Chito', quien asentía agradecido, regresaba por la puerta grande al cargo del que nunca debió separarse. Y la semana pasada, como venía ocurriendo durante varios sábados al caer la tarde, participaba en animadas conversaciones en el back stop junto con Mori Kikushima, Pochín Kanashiro, Humberto Limonchi y Carlos Okada, sobre los partidos que se jugaban hace 20, 30, 40 años atrás en ese mismo escenario…, las jugadas, sus personajes, los árbitros. Surgían los nombres de Oba-san, Gabe-san, Victorio Ito, Antonio Fukushima, Antonio Mori, Benjamín Maúrtua, los equipos prefecturales como Ehime, Fukushima, Kumamoto… 'Chito' recordaba con esa mezcla de alegría y nostalgia, los partidos del imbatible Fukuoka con el que participó desde muy joven y también al imbatible equipo de softbol Maquinarias al que le tocó dirigir. Tengo la impresión que 'Chito' en estos últimos años, estaba ayudando, sábado a sábado y domingo a domingo con su rutina, a crear los futuros recuerdos de cientos de jugadores.

Hoy, cuando 'Chito' ya no nos acompaña, lo imaginaremos dirigiéndose a un diamante más bello y brillante, con su bolsa con café y pan para preparar el desayuno y la merienda de los árbitros y anotadores que ya no están con nosotros; escribiendo en una pizarra el rol de partidos donde participarán los jugadores que nos han precedido; colocándose la pechera y la máscara para arbitrar partidos, donde no habrá reclamos ni discusiones, y presto a cantar “¡Play Ball!” en un partido celestial.

Gracias 'Chito' por tu desinteresada y valiosa labor, por hacer que nuestros hijos puedan encontrar un buen lugar donde jugar el béisbol y porque para ellos fuiste y seguirás siendo “el tío 'Chito'”. Gracias por tu amistad. Te vamos a extrañar.

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